jueves, 24 de marzo de 2011

Sín Limites:) Parte 5.








Llegué a donde estaban Sof y Alex y les conté que el sábado había quedado con mi novio, mientras esperábamos a Edu. Alex y Sofia intercambiaron una mirada que no supe bien interpretar…
 2:05, 2:10, 2:15, y por fin apareció Edu.

-          Perdonad me quede un rato hablando con Ana sobre el trabajo y…. – dijo Edu.
-          Ya, ya - le cortó su hermana- del trabajo…seguro…
-          A ver cuando te lanzas tío, que ya es hora- le espetó Alex riéndose
-          Por si no lo sabías Silvia, mi hermano está colgado por Ana desde septiembre, pero nunca le ha dicho nada. – me aclaró
-          ¿Y ella está enamorada de él?- pregunté
-          Eso creemos, Ana es muy tímida y le cuesta mucho mostrar sus sentimientos pero… en el fondo está igual que él. - me contó Sof.
-         
Nos pusimos  andar de camino al autobús, y descubrí que Alex cogía el mismo atobús que nosotros porque vivía en frente. Era jueves, tenía muchos deberes que hacer, y estaba sola en casa pues mis hermanitos estaban en la guarde, en esto pensaba cuando su voz me sacó de mis pensamientos.

-          ¿Tú no querías venir aquí verdad? – me preguntó Alex.
-          Sinceramente, no.
-          Pues yo me alegro de que lo hicieras.
-          Al final, yo también. – le dije con mi sonrisa más bonita.
-          Tienes una sonrisa preciosa – contestó
-          Bueno...esto…tú tampoco te puedes quejar.

Los dos sonreímos y él volvió a mirar por el cristal. Al final no iba a ser tan malo como pensaba, su faceta de chulo prepotente desaparecía cuando estaba conmigo, me pregunté si se habría enamorado de mí, pero recordé lo que Sofia me dijo acerca de él y rechacé la idea. ¿Y yo? ¿Me había enamorado yo de él? Sinceramente, no lo sabía…

Bajamos en nuestra parada y los primeros en llegar a su casa fueron Sof y Edu, nos despedimos con un gesto y acordé con Sof que se pasaría por mi casa a las siete.
Solo quedábamos Alex y yo, por el camino hablamos de todo y de nada, y al final llegamos a mi casa.

-          Hasta pronto, espero, enana. – se despidió.
-          ¿Enana? ¿Pero tú que te crees? –le dije fingiendo ser mayor.
-          Pues un chico guapísimo que tiene dos años más que tú
-          Cabrón
Hice amago de pegarle un puñetazo pero esta vez él estaba preparado y haciéndome una simple llave de judo, me retuvo entre sus brazos.

-          Ven aquí enana
-          Aiii, no vale – conteste con voz de niña pequeña.

Alex pasó su mano por mi mejilla y me acarició, me dio un beso en la mejilla y me susurró al oído:

-          ¿ Sabes dónde está tu casa o tengo que darte indicaciones como la última vez?

En ese momento escuchamos una tos nerviosa nos giramos y allí estaba ella, Gabriela cada vez me ponía más nerviosa, por no mencionar que nos había estropeado el momento.

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